​1.Lava tus manos y el protector con agua y jabón.

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2. Calienta agua en un vaso dentro del microondas (checa que el agua esté caliente, pero no hirviendo). Coloca el protector dentro del agua caliente hasta que éste se vuelva transparente.
Sácalo cuidadosamente del agua con un tenedor.








3. Sostén el protector (el cual estará blando) como se muestra en la imagén. ¡No dejes que se doble solo! El material se pegará por su cuenta, haciendo difícil volverle a dar forma.

4. Haz la cabeza hacia atrás y abre bien la boca. Coloca los dientes sobre la parte de color sólido (la que no tiene hoyitos) y muerde suavemente. Aprieta con la lengua contra el paladar.



5. Usa un espejo para moldear el frente y alrededor de los dientes con tus dedos. Asegúrate de que cubra las encías en los molares.

6. Cierra la boca con el protector puesto y crea una leve succión de aire hasta que el material se haya endurecido completamente y lo sientas cómodo.

Si no estás contento con el resultado, vuelve a meter el protector al agua caliente, deja que se vuelva a estirar y comienza de nuevo.